EXPO 1929
La Exposición Iberoamericana de 1929 fue una exposición internacional que tuvo lugar en Sevilla en 1929 y que pretendía estrechar relaciones entre los países de la Península Ibérica (España y Portugal) con los países de Hispanoamérica y Estados Unidos, aunque también participaron otros países como Marruecos, Macao y Golfo de Guinea.
La idea de esta exposición nace con la propuesta de Luis Rodríguez Caso, comandante de artillería, en 1909. Ésta obtuvo una gran acogida, ya que se vislumbraba la posibilidad de una reforma urbanística, fomentar el turismo, creación de puestos de trabajo y mejorar las relaciones con otros países.
La exposición estaba prevista para el 1 de abril de 1911 pero se retrasó hasta 1914, coincidiendo con la construcción de la obra fluvial de la Corta de Tablada. Por problemas de carácter internacional, como la Primera Guerra Mundial o los problemas en el Marruecos español, unidos a problemas internos en cuanto a la gestión del evento, se retrasó hasta 1929, casi al final de la Dictadura de Primo de Rivera.
La realización de este ambicioso proyecto obtuvo el gran apoyo del Rey Alfonso XIII, enamorado de la ciudad que albergaría el evento y muy implicado en su desarrollo.
“Yo quiero mucho a Sevilla y, cuanto esté en mi mano, lo haré en obsequio de esa bella ciudad.” – Alfonso XIII.
Pabellones permanentes y en la actualidad
- Argentina (Escuela de Danza)
- Brasil (Vicerrectorado Universidad Hispalense)
- Chile (Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos)
- Guatemala (Escuela de Danza)
- Uruguay (Administración de la US)
- Perú (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
- Colombia (Consulado de Colombia)
- México (Vicerrectorado de Postgrado y Doctorado Universidad Hispalense)
- Cuba (Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo)
- Portugal (Consulado de Portugal)
- Estados Unidos (Museo Fundación Valentín Madariaga)
- Santo Domingo y República Dominicana (Carreteras del Estado de Andalucía)
Pabellones temporales
- Venezuela
- Macao
- El salvador
- Panamá
- Costa Rica
- Bolivia
- Ecuador
- Marruecos
- Golfo de Guinea
Otros pabellones y en la actualidad
- Plaza de España (oficinas municipales, Capitanía General, Museo Militar)
- Pabellón Domecq (sede de Juventudes Musicales)
- Pabellón Mudéjar (Museo de Artes y Costumbres)
- Pabellón Real (oficinas municipales)
- Pabellón de Sevilla (Teatro Lope de Vega)
- Pabellón de Bellas Artes (Museo Arqueológico)
- Pabellón de la Información (Restaurante “La Raza”)
- Pabellón la Prensa (Colegio Público)
- Quinta de Goya (Bar Citroën)
- Casino de la Exposición (espacio cultural)
- Pabellón de la Cruz Roja (Ministerio de Sanidad)
De entre todos los pabellones, destacan aquellos que se encuentran en el interior de los Jardines de María Luisa:
Plaza de España
Fue el proyecto más ambicioso de la exposición, diseñado por Aníbal González y el inicio de su construcción comenzó tuvo lugar desde 1914 hasta 1929. Siendo el primer ladrillo colocado por el Rey Alfonso XIII.
Tras la dimisión de Aníbal González en 1926, toma el relevo Vicente Traver, quien añadió al diseño original la fuente que hoy se encuentra en el centro de la plaza. En ella tuvo lugar el acto de inauguración de la Exposición.
En relación diseño, hubo algunas cuestiones que no satisfacían a todo el mundo. Por ejemplo, las torres iban a ser de mayor altura, pero esta idea se desechó ya que no podían rivalizar con la Giralda. Otra cuestión bastante discutida es la colocación de la ría que se encuentra alrededor del centro de la plaza, ya que no era algo moralmente correcto puesto que la ciudad ha sufrido de sequía en muchas ocasiones.
Es uno de los mayores ejemplos del estilo regionalista de toda España y ha sido escenario de algunas películas cómo: Star Wars Episodio II: La Guerra de los Clones en 2002, El Viento y el León de 1975 o El dictador en 2012.
Hay que añadir que, tras la exposición, el fin de la plaza era ser utilizada por la Universidad de Sevilla, pero finalmente acabó siendo la sede del gobierno militar, sirviendo de ubicación para Capitanía General. Años después, también albergaría el Gobierno Central de Andalucía y el Museo Militar.
Es uno de los monumentos más destacados de Sevilla junto a los Reales Alcázares, la Catedral Santa María de la Sede y la Torre del Oro.
Pabellón Real o Pabellón Gótico
Construido entre 1911 y 1916 por Aníbal González, de estilo gótico. Se construyó con la intención de que, durante la exposición, albergase las colecciones artísticas de la Casa Real.
En la entrada de acceso, sobre pedestales, seis águilas en piedra sosteniendo escudos de la monarquía española: Señorío de Vizcaya, Reino de España, Ducado de Borgoña y Toscana, Señorío de Molina y Reino de Jerusalén.
Después de la exposición el pabellón se utilizó como oficinas municipales. En 2014 se decidió instalar en él un museo con la colección de arte de Mariano Bellver, coleccionista de arte y mecenas de Sevilla. Aunque aún no se ha terminado de apuntalar el proyecto.
Pabellón de Bellas Artes o Pabellón Renacentista
Actual Museo Arqueológico. Construido entre 1912 y 1919 con estilo neo-renacentista y desde 1942 funciona como museo.
En su interior podemos encontrar numerosas obras de origen romano procedentes de la primera civilización romana establecida en España, Itálica, apenas a 10 minutos de la capital y que fue construida en el 206 A.C por el Emperador Escipión, conocido como “El Africano”.
Pabellón Mudéjar
Construido entre 1913 y 1914, durante la exposición fue el Pabellón de Arte Antiguo o de industrias y artes decorativas y llamado Pabellón Mudéjar por si estilo decorativo y arquitectónico.
Desde 1973 alberga el Museo de Artes y Costumbres de Sevilla.
EXPO 1929
Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.
Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.