EN | ES
EN | ES

#FAVMONUMENT: La Alameda de Hércules

Alameda3Alameda2Alameda1

Hace algún tiempo publicamos un post sobre nuestro #FAVMONUMENT, o lo que es lo mismo, nuestro monumento favorito, ¡pues hemos vuelto! Pero esta vez tenemos un nuevo lugar favorito, situado en el histórico centro de Sevilla y que queremos compartir contigo. Seguramente haya muchísima gente que le suene, y mucha otra que nunca haya oído hablar de ello… ¡es la Alameda de Hércules!

Los orígenes de la Alameda se remontan a un antiguo brazo del río Guadalquivir que pasaba por aquí, empezando por la calle Calatrava y terminando cerca de la catedral. Pero tras años y años de constantes intentos de mover el cauce del arroyo, consiguieron moverlo hacia el oeste. Por tanto la Alameda se quedó como un hundimiento donde el agua se estancaba cuando el río se desbordaba.

En 1574 el Conde de Barajas ordenó tapar todas las zanjas que había en el suelo y tratar de igualar el terreno para construir una avenida. En el mismo año se añadieron a la zona sur de la plaza dos columnas: un símbolo de admiración hacia las ruinas romanas que encontraron en la ciudad por aquel entonces. Éstas vienen de la calle Mármoles en el barrio de la Judería, que a día de hoy, todavía podemos asomarnos a ese hueco donde se conservan 3 de las columnas que han sobrevivido desde antaño. En las columnas que se encuentran en la alameda podemos encontrar dos estatuas de dos personas: Hércules, el fundador mitológico de la ciudad, y Julio César, el creador de Híspalis.

En 1764, 190 años después, se plantaron álamos a lo largo de la plaza, se añadieron fuentes y en la zona norte se añadieron otras dos columnas, esta vez con el león y la leona que visten dos escudos: uno es el escudo de España y el otro el de Sevilla.

En 2009, la Alameda de Hércules una vez más fue abierta al público tras años de remodelaciones y obras. Todos los banquitos, parasoles, fuentes, postes de luz, son totalmente nuevos de la última remodelación. A día de hoy es la plaza más larga que tenemos en Sevilla y uno de los espacios públicos más amplios, situado dentro del casco antiguo de la ciudad, ubicado entre las cercanías del Guadalquivir y el barrio de la Macarena.

Alameda2

Nosotras amamos este lugar porque es único, con sus columnas traídas de la judería, abriendo y cerrando la plaza a ambos extremos. Es el sitio perfecto para tomar algo, como un helado artesanal, probar algunas tapas y conocer gente nueva. Es para grupos de jóvenes y grupos de padres, para venir con tu perro y dejar que se relacione con la comunidad que ya viven a los alrededores. Hay parques para niños y a veces, también se celebran conciertos o eventos de carácter público. Nos encanta este ambiente de día y de noche.

Y como no, os dejamos algunas recomendaciones de nuestros sitios favoritos en la Alameda:

La Casa Azul: Tiene un ambiente muy agradable, donde puedes tomar un café junto al desayuno o ir por la noche a tomar algunas copas, y además, con buena música.
La Piazza: Si tienes un poco de hambre puedes venir aquí y llevarte una porción de pizza, ¡por sólo dos euros! Es muy barata, está rica y te saca de un apuro.
Bar 1987: Sólo abren a partir de las 22:30 p.m., pero merece la pena ir allí si vas a salir un rato. ¡Ponen música de los ochenta y el ambiente es increíble!
Freskura: La mejor heladería con diferencia, tienen helados artesanales y hechos con fruta de temporada, ¡para refrescarse un poco!
Duo Tapas: Al final de la Alameda, hay algunos bares con tapas más frescas, ¡suelen estar abarrotados porque triunfan bastante! Muy recomendable si estás buscando algo diferente.

¿Cuál es tu parada favorita en la Alameda?

Alameda1

#FAVMONUMENT: La Alameda de Hércules

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.