Hemos recopilado en un artículo cinco de los hoteles preferidos para nosotras, escogiendo entre los diferentes servicios, precios, ubicación y temáticas que los hoteles escogidos ofrecen, todo esto para que puedas tener un referente amplio de lo que Sevilla te puede darte o hasta donde puede adaptarse a tus necesidades cuando vengas a visitar la ciudad.

LAS CASAS DE LA JUDERÍA
Situado junto a la Iglesia de Santa María la Blanca, este hotel que a simple vista parece sencillo, deja muy claro que al traspasar sus puertas te puedes sentir sumergido en una Sevilla que para muchos sevillanos también es desconocida. Este hotel se completa con un total de 134 habitaciones, cada cual diferente en cuanto estructura y decoración, se encuentran cargadas de historia y personalidad propia. De hecho, los nombres de algunas de ellas recuerdan a algunos hechos históricos o personajes que habitaron estas casas durante la extensa historia del barrio: Duque de Béjar, Cristóbal Colón, Conde Villamanrique… A las habitaciones se accede a través de sus más de cuarenta patios, jardines, túneles y laberínticas callejuelas interiores. Pasear por este hotel es como caminar por el antiguo barrio que aquí dentro conserva su ambiente, nos da una idea de cómo pudieron ser estas calles en un pasado, con sus fuentes, estatuas, pedestales, columnas, solerías y muebles de la época, ánforas, botijos, parte de antiguas murallas… Casi se podría considerar un museo en sí mismo. El nombre de “Las Casas de la Judería” se le ha dado por estar enclavado en el antiguo barrio judío, aún más si se puede concretar junto a la antigua sinagoga que hoy es la Iglesia de Santa María La Blanca. Además de eso, se encuentra muy cerca de los principales monumentos de la ciudad.

Y por si fuera poco, Las Casas de la Judería, además de todo su encanto, goza de una zona exclusiva: “Las Termas de Híspalis”, un Spa que ofrece diversos tratamientos de estética y salud realizados por especialistas. El lugar recuerda a las antiguas termas romanas que probablemente una vez tuvo Híspalis debido a su decoración: teselas de mármol representando dioses y animales marinos mitológicos. Inspiradas e ideadas como las antiguas termas romanas, este lugar realmente te hará viajar hasta la Antigua Roma para regalarte un momento de relax.

Por estas razones principales lo hemos elegido como uno de nuestros primeros hoteles favoritos, además de que el personal siempre es encantador.

HOTEL CATALONIA GIRALDA
Muy cerca del Palacio Casa Pilatos, este hotel situado en una de las principales vías de articulación urbana de la ciudad, cuenta con más de 100 habitaciones y un maravilloso espacio recién reformado y actualizado en todos sus servicios, como una piscina cubierta y un precioso Restaurante-Bar donde podrás disfrutar de un variado y excelente desayuno para todos los gustos. Y además, si lo necesitas, ellos te ponen gratis el transporte hasta el aeropuerto, ¿Qué más se puede pedir?

Pues todavía se puede añadir algo más: para llegar hasta el centro tendrás que caminar dentro del barrio de Santa Cruz, la antigua judería, en el que perderse será la mejor aventura que vivirás en Sevilla. Sus frescas y aromáticas callejuelas, monumentos y patios escondidos dan a Santa Cruz ese encanto y ese ambiente diferente al resto de la ciudad.

Además en el hotel Catalonia Giralda, bajo petición, podrás hospedarte con tu mascota si lo deseas. ¡Pero recuerda avisar a los recepcionistas antes de llegar al hotel!

Por este conjunto de razones se ha convertido en otro de nuestros hoteles distinguidos de Sevilla.

HOTEL LA PARADA DEL MARQUÉS
Este hotel es uno de los más novedosos en nuestra ciudad, debido a que se ha abierto recientemente y goza de modernas instalaciones y una decoración de diseño pero manteniendo su esencia de casa histórica. En La Parada del Marqués podrá disfrutar de una sala de desayunos, un amplio salón, un patio muy coqueto en la primera planta zonas comunes de esparcimiento, además cuenta con una gran terraza/solárium, donde aprovechar esos rayitos de sol que Sevilla regala todos los días del año. La decoración que acompaña al lugar es muy ecléctica: combina mobiliario antiguo en zonas comunes con detalles de las más actuales tendencias de diseño. Además tiene un detalle, que para nuestra opinión, le da un valor añadido de gran peso, y es que este hotel es petfriendly, puedes venir a visitar Sevilla con tu mascota y alojarte en La Parada del Marqués sin ningún problema. Esto es algo que en los últimos años ha empezado a implantarse en los hoteles y servicios de hostelería, pero actualmente siguen siendo escasos los sitios que cuentan con este particular detalle. La Parada del Marqués sin duda es un hotel que está siendo bien acogido en Sevilla, no sólo por lo que ofrece en sí mismo, sino por el lugar donde se sitúa y por supuesto, ¡por recibir con los brazos abiertos a los viajeros con mascota!, y por eso se ha convertido en otro de nuestros hoteles favoritos.

HOTEL AMADEUS
Caminando por el Barrio de Santa Cruz, en pleno centro de Sevilla, podremos encontrar el Hotel Amadeus, un hotel ingeniosamente tematizado en la Música Clásica, un tema muy ligado también a la historia de la ciudad. Este hotel reúne el encanto, la comodidad, la hospitalidad, la tranquilidad y la cultura en un solo edificio. En un pasado albergó una antigua casa Patio Señorial del siglo XVIII, adaptado para ser un hotel se respetado la estructura y el auténtico estilo sevillano. En su interior hay un patio centrar donde podrá disfrutar de todo tipo de instrumentos musicales dispuestos para ser tocados y un piano de cola, y de una maravillosa terraza donde disfrutar de las vistas a la Catedral y su famosísima torre, la Giralda de Sevilla. En esta misma terraza podrás disfrutar de un desayuno o de un vino de naranja de Sevilla a cualquier hora del día, que el hotel regala a sus clientes.

Se sentirá sumergido en un ambiente encantador y bohemio, como el ambiente que un día se respiró en el barrio de Santa Cruz. La temática tan ingeniosa, el ambiente, los servicios que ofrecen y la ubicación hacen que este hotel sea uno de los que nos encantan.

EL PATIO DE LA ALAMEDA
El Patio de la Alameda es un palacete del siglo XIX convertido en un hotel muy particular situado en la céntrica y alternativa Plaza Alameda de Hércules en Sevilla. Al adentrarnos en el edificio podremos encontrar tres patios típicos andaluces colmados de flores y plantas, decorados con colores terrosos y añil tan característicos de la ciudad, creando un ambiente fresco y acogedor a la vez, y también ese embrujo que adornan las noches sevillanas. Además este antiguo Palacete fue residencia del famoso escultor Antonio Susillo, por lo que al encanto que goza este hotel se debe también a la inspiración que este señor brindó al lugar.

Y por si fuera poco su situación privilegiada añade valor al sitio, y es que nada más abrir las puertas del hotel te encontrarás en la famosa Alameda de Hércules, un espacio peculiar y atractivo tanto para turistas como para locales, y con ese toque bohemio y alternativo del que Sevilla presume, debido a la variedad de ambientes de nuestra ciudad, contando con muchas terrazas de bares, cafeterías y pubs donde cualquier hora del día será buena para disfrutar de lo que nos ofrece. Sin duda un hotel con encanto en un enclave único y exclusivo en el centro de Sevilla, además de un trato muy amable del servicio, por ello es otro de nuestros hoteles elegidos como favoritos.

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.