Un día en Sevilla
Hoy os contamos en este post como pasar un día perfecto en Sevilla. Te llevaremos a lugares esenciales donde vivir la ciudad como un sevillano más paso a paso.
Te proponemos empezar el día por la mañana temprano, para disfrutar la ciudad y aprovecharla tanto como sea posible. Empezaremos con un buen desayuno, en Sevilla encontrarás muchas panaderías y cafeterías para tomar un buen café, un zumo de naranja y varias opciones de tostadas de jamón ibérico, aceite de oliva virgen y tomate, la más típica.
El primer lugar que debes visitar es el Real Alcázar de Sevilla.
El Alcázar es un «must» en nuestra ciudad y el monumento más famoso de Sevilla, donde además se rodó Juego de Tronos. Este palacio fue utilizado como el palacio y los jardines de agua de Dorne, el hogar de la familia Martell. La historia de la serie y de la realidad tiene muchos parecidos, y si eres fan de la serie, te encantará vivir nuestro tour de los lugares de rodaje de Juego de Tronos.
El palacio y los jardines son de estilo mudéjar, es decir, tienen influencias islámicas y europeas. También se puede visitar la planta superior, llamada Cuarto Real Alto, actuales dependencias en Sevilla de la Casa Real Española y que cuenta con una entrada a parte de la general.
Después la visita el Alcázar, podemos caminar hacía el río Guadalquivir. Durante nuestro camino vamos a encontrar la torre Abdel Aziz y la Real Casa de la Moneda de Sevilla, y para coronar la zona, la hermosa Torre del Oro. Esta torre de época Almohade fue una torre de vigilancia para controlar el río y la ciudad. Ahora, en su interior hay un museo naval sobre su historia y una vista maravillosa del río desde lo alto de la torre.
Tras las visitas a estos palacios, podemos elegir ver un espectáculo de flamenco. Es algo que hay que conocer, pues forma de nuestra historia, nuestra identidad, nuestro ser… y es el baile original de Andalucía. Si quieres sentir el Flamenco, nosotras hacemos una visita en la que te contamos todo lo que necesitas saber antes de disfrutarlo: cómo nace, qué expresa, cómo evoluciona, y también saborear sus palos degustando un vino local antes del show.
Cuando el espectáculo termine, seguro que tienes hambre, ¡es el momento de cenar!. En el barrio de Santa Cruz, la antigua Judería de la ciudad, se pueden encontrar tantos bares y restaurantes como quieras para cenar como un sevillano. El barrio bien merece un paseo mientras encuentras el mejor bar. Puedes añadir a la visita anterior una cena por el barrio de Triana donde probarás las auténticas tapas que los sevillanos aman.
Si todavía no estas cansado después de la cena, puedes ir a la Alameda de Hércules para tomar tu ultima copa y disfrutar de la noche sevillana, donde además de bares de copas y terrazas hay algunos clubs donde podrás pasar la noche bailando con buena música y disfrutar del ambiente nocturno de la ciudad.
Un día en Sevilla
Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.
Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.