¿Qué es El Rocío?
La peregrinación a El Rocío es la más famosa de la región y seguramente de España. Atrae a casi un millón de personas de toda Andalucía y de todo el país. Existen muchas peregrinaciones en diferentes puntos de España, pero el Rocío tiene un estatus de culto, y es el más importante y el más colorido. Se celebra después de la Semana Santa, y de las distintas ferias que se celebran en Andalucía.
HISTORIA DE EL ROCIO
Este culto se remonta al siglo XIII, cuando un cazador del pueblo de Almonte descubrió una estatua de la Virgen María en el tronco de un árbol en el Parque de Doñana. Se construyó una capilla en el lugar en el que se encontraba el árbol y comenzó a ser un lugar de peregrinación. Al principio era sólo para la devoción local, pero en el siglo XVII, las hermandades de las ciudades cercanas realizaban el viaje en Pentecostés hasta aquí; en el siglo XIX, llegaron de todas partes de Huelva, Cádiz y Sevilla, en un viaje de hasta cuatro días. Durante el siglo XX, el culto a la Virgen del Rocío se extendió cada vez más, y en la actualidad los participantes vienen de lugares tan lejanos como Barcelona y las Islas Canarias, sin mencionar los turistas que viajan desde el extranjero, alrededor de Europa e incluso más allá, para rendirle culto a la Virgen.
¿DÓNDE, CUÁNDO Y CÓMO SE CELEBRA?
El Rocío es una pequeña aldea del municipio de Almonte, en la provincia de Huelva, en el corazón del parque de Doñana, muy cerca de la costa. La mayoría de los peregrinos, conocidos como rocieros, se acercan a la ciudad a través del parque. El Rocío es un lugar extenso, bastante salvaje al estilo del oeste: los caminos no están pavimentados, se suelen llenar de polvo con el paso de la gente, y puedes encontrar lugares para atar caballos. Aunque esto se debe sobre todo a que es un lugar dedicado a la peregrinación, y los caminos de arena facilitan el camino a los caballos. Durante cuatro días, entre los meses de mayo o junio, las hermandades católicas y muchísimos fieles acuden aquí para rendir homenaje a la Virgen del Rocío, alojada en su propia ermita en el pueblo.
Hasta los años 1950, la ciudad tenía solo unas pocas casas, y todos acampaban en sus carros. Ahora, cada cofradía tiene su propia casa con establos, así como una capilla propia, cada una con su nombre. Estas casas son usadas durante toda la peregrinación para los hermanos y familiares. Es un momento en el que todo se comparte, es como una especie de acampada. Con la ventaja de que se celebran fiestas espontáneas, misas al aire libre, carreras de caballos y competiciones entre las hermandades. Y mucha música y baile, a todas horas del día, acompañado de este arte natural que traemos los andaluces. Es una de las peregrinaciones más alegres y coloridas del país. Quizá por estas cosas es también una de las más famosas e importantes.
Cuando se acerca la fecha (finales de mayo o principios de junio) se puede ver a los lugareños preparar los carros cubiertos y ponerse ropa tradicional andaluza: sombreros de ala ancha y traje corto para hombres y vestidos de flamenca para mujeres -un estilo un tanto diferente, menos lustrosos que en la Feria de Abril- para dirigirse al santuario. Algunos todavía hacen el viaje de la manera tradicional, a caballo, o en pintorescos vagones cubiertos al de estilo gitano (que recuerdan al Salvaje Oeste), adornados con flores, telas que cubren a modo de cortinas. Los carros son tirados por bueyes o caballos, cuyos yugos tienen cascos de cuero decorados y campanas colgando alrededor de sus cuellos.
Hay tres rutas principales y tradicionales y parten de Triana (Sevilla), Sanlúcar de Barrameda y Huelva. Además, parte de la belleza de esta peregrinación es que los rocieros deben cruzar parte del parque de Doñana, que es un área protegida llena de vida silvestre, para poder llegar al santuario, así como ríos y diferentes obstáculos.
Por eso se dice que sentir el verdadero Rocío es una mezcla de sentimientos entrelazados: alegría, cantos y fiesta, frente a lágrimas, suspiros, silencio, promesa y expresión de sentidos… La mayor peregrinación de España expresa el desenfreno más espectacular de colores y alegría.
¿Qué es El Rocío?
Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.
Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.