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La Giralda tiene una Hermana Pequeña en España

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Si vienes desde Barcelona o la Costa Brava hacia el sur, por la N-430, podrás sorprenderte con este perfil de la torre tan conocida en España. El perfil que estáis viendo podría ser Sevilla, pero es prácticamente imposible puesto que lo que estáis viendo es l’Arboç (Baix Penedés). Un municipio de Tarragona de unos 5.000 habitantes aproximadamente, que tiene en una réplica a escala 1:2 de la torre de la Giralda. Seguramente te preguntarás porqué existe esta mini Giralda aquí, pero es que además, hay otras réplicas…

El monumento se encuentra en la Avinguda Mossèn Jacint Verdaguer, 35, del mismo municipio, y además posee algo más de un siglo de historia, de hecho los documentos datan esta construcción en el siglo XIX.

Existe una romántica historia que cuenta que un matrimonio sevillano mandó construir una réplica de la torre porque echaban mucho de menos su tierra, pero les era imposible volver debido a los negocios, así que mandaron traer su tierra al norte… Pero esto es tan solo un rumor, porque no fue del todo así, ya que ni eran sevillanos ni echaban de menos su tierra.

Los responsables de su construcción fueron Joan Roquer i Marí y Candelaria Negravernis, ambos catalanes, quisieron rendir homenaje al viaje que hicieron a Andalucía con motivo de su primer aniversario de bodas. En 1886 les llegó una importante herencia que le permitió al matrimonio invertir en varios proyectos culturales, y además los llevó a volver a Andalucía y disfrutar de las construcciones del legado de Al-Ándalus. En 1898 adquirieron un terreno donde más adelante ordenarían construir una réplica de aquellos monumentos que les enamoraron en Andalucía: el patio de los leones de la Alhambra de Granada y un salón cubierto por una cúpula bizantina forrada con 30 kg de láminas de papel de oro, construida a semejanza del Salón de Embajadores de los Reales Alcázares de Sevilla. Todos los elementos decorativos, así como los materiales utilizados, siguen fielmente los modelos originales, a partir de las fotografías hechas durante su viaje. Las obras comenzaron un año después de adquirir el terreno y finalizaron en su totalidad en 1907, pero el edificio ha ido restaurándose con los años, las más recientes se llevaron a cabo entre el 2004 y el 2008.

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Algunos de los otros usos que ha tenido y curiosidades sobre esta réplica andalusí, es que durante la Guerra Civil española sirvió de cuartel para los pilotos de aviación o como base de suplemento de víveres. También debido al interés de los habitantes de l’Arboç se convirtió en un lugar de encuentro de personajes vinculados estrechamente con la cultura, donde se realizaban tertulias y festivales de música.

Bueno, y si se trata de una casa privada, ¿es visitable?

Actualmente es un edificio privado que sigue siendo de interés cultural. Está abierto a visitas de todos los públicos siempre que se llame a la oficina de turismo de l’Arboç con anterioridad y se concrete una cita para turismo cultural o para hospedar distintas celebraciones como bodas o comidas entre otros eventos.

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La Giralda tiene una Hermana Pequeña en España

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.