Los Secretos del Parque de María Luisa
Sin duda el Parque de María Luisa es una de las joyas de la ciudad, en muchas ocasiones olvidado por los sevillanos y viajeros. Pero este parque esconde multitud de esquinas y secretos que no debemos perdernos y que queremos enseñarte.
Además de la archiconocida Plaza de España podemos y debemos explorar este maravilloso parque dando un paseo a pie o en bicicleta (una de nuestras maneras preferidas de enseñarlo).
¿Qué podemos encontrar en este maravilloso parque del siglo XVIII?
Para empezar el parque cuenta con más de 150 especies de árboles y plantas traídas de los cinco continentes. Desde palmeras africanas o californianas hasta los llamados naranjos de la china, pasando por los lacónicos cipreses de los pantanos sureños de Estados Unidos.
También dignas de ver son sus fuentes y jardines, de diferentes estilos y diseñados para la exposición de 1929 por Jean-Claude Nicolas Forestier, nuestro preferido por supuesto es el jardín nazarí, inspirado en los jardines de la Alhambra.
¿Qué niño sevillano no ha jugado con las palomas en esta plaza? ¿y quién no se ha imaginado conquistando la cumbre más alta de la ciudad en el Monte Gurugú? Paseando entre las pérgolas cubiertas de plantas llegaremos a este pequeño monte, construido para el parque original, con su catarata y precioso mirador arriba.
La Glorieta de Bequer es uno de los puntos fuertes del parque, con las preciosas esculturas (ahora en proceso de restauración) construidas por Lorenzo Coullaut Valera a principios del siglo XX, una oda al amor donde los sevillanos han ido a robarse besos desde que se abrió el conocido parque.
Muy cerquita encontramos la impresionante Plaza de España, uno de los «must» de la ciudad, e ideal para terminar el paseo por el parque. Se debe pasear por las diferentes provincias, estudiar detenidamente e ir descubriendo sus azulejos que nos muestran los episodios históricos más importantes de cada una de ellas o lo más característico de las provincias españolas. La azulejería es de los años 20, diseñada y creada en Triana y uno de los orgullos de nuestra ciudad. Los maravillosos puentes sobre el canal, donde podréis tomar unas fotos impresionantes y sus torres, impresionantes al atardecer, si os sentís aventureros y no hace demasiada calor podéis animaros a alquilar una barquita y remar por el canal, dicen que inspirado en Venecia.
Cuando vengáis a Sevilla no dejéis de explorar este parque, os lo dice una sevillana, paseadlo con un helado en la mano, ¡explorarlo en bicicleta o a pie pero explorarlo!
El horario del parque es de 8:00 a 22:00 en invierno/ 23:00 en verano ¡y la entrada es completamente gratuita!
Los Secretos del Parque de María Luisa
Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.
Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.