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Best Tapas Bars in Seville: Our Recomendations

ColumnasColonialesEslava

Taberna Coloniales. Un buen lugar para tapear, muy popular y nada caro. Es necesario ir temprano porque se llena rápido y tendremos que esperar en la barra hasta que llegue nuestro turno. Menos mal que con cervecitas la espera se hace mucho más agradable. Te recomendamos:

  • Huevos de codorniz con jamón.
  • Patatas bravas.
  • Solomillo al whisky, con salsa roquefort, con salsa castellana o al Oporto.
  • Salmorejo.
  • Calamares del campo: tiras de pimiento y cebolla fritos.
  • Postres: piononos, la especialidad de Granada.
  • Vinos: Rioja, Ribera del Duero, Rueda (si lo prefieres blanco).

Restaurante El Rinconcillo. Es uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, data de 1670. Su especialidad son las tapas clásicas, una gran selección de vinos y su buen precio. Es la marca de la tradición. Pide:

  • Pavía de bacalao.
  • Carrillada en salsa.
  • Jamón ibérico.
  • Espinacas con garbanzos. Es el plato típico de Cuaresma.
  • Ensaladilla.
  • Gambas y langostinos.

Plaza del Salvador. Alrededor de la plaza encontrarás varios bares y restaurantes. Nosotras te recomendamos tres, donde además de comer encontrarás Cruzcampo fresquita. Se suelen llenar rápido, por lo que si quieres tapear por allí, es recomendable que vayas temprano.

Coloniales

Freiduría El Salvador: pescaíto frito y croquetas. Un camarero sirve las mesas de fuera.

Bodeguita Los Soportales: montaditos sobretodo.

La Antigua Bodeguita: buen queso, fantástico jamón serrano, pescaíto frito y carne. Es nuestro preferido.La Cantina está situada en el mercado de la calle Feria y tiene más de un siglo. Sus productos son los del mercado y está especializada en pescado frito y a la plancha. ¡Tiene un ambiente muy animado! Alrededor del mercado existen otros bares muy interesantes…

El Algabeño: Comida de toda la vida, ambiente estupendo.

La Almadraba: especializado en atún de Barbate (Cádiz) y conservas de lujo (prueba la sarda). En el interior del mercado también podrás encontrar puestos de sushi y de paella.

El Pitacasso: comida libanesa en el centro de la ciudad. Pruebas sus pitas, hummus o falafel.

Las Columnas-Bodega Santa Cruz. Popular, tradicional y con un precio estupendo. Su especialidad son los montaditos, la ensaladilla y el pescaíto frito. Nuestra tapa preferida es el montadito de pringá (no preguntes, sólo pídelo), y el cazón en adobo. En la misma calle se encuentra la Taberna de Álvaro Peregil, cuyas especialidades son la manzanilla, el vino de naranja y el tomate aliñao.

LAS JOYAS DE LA CORONA:

La Azotea. Esta cadena se ha convertido en el referente gastronómico de Sevilla. Aunque es un poco caro, la calidad merece su precio. Todo está riquísimo, incluidos los postres caseros así que… ¡deja hueco para el postre!

Yebra. Este restaurante se encuentra fuera de la zona turística y es un clásico entre los foodies. En él podrás disfrutar del placer de la alta cocina en tapas. Está todo tan rico que no sabemos qué recomendarte.

Eslava. No estamos seguras sobre si recomendar este restaurante o no porque siempre está lleno. ¿Cuál es la razón? La mejor relación calidad-precio de la zona. ¿Qué pedir? Solomillo con salsa de eneldo, el estrudel vegetal (mi favorito), el cigarro de Bécquer y el boletus con huevo encima.

Y si quieres que te acompañemos por estos maravillosos bares, te mostremos su historia y te recomendemos las mejores tapas, vente con nosotros a hacer alguno de nuestros tours gastronómicos.

Eslava

Best Tapas Bars in Seville: Our Recomendations

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.