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Falsos Mitos y Leyendas de Sevilla I

Estatua De Miguel De MañaraHombredepiedrasevillaCristomieles

Con la profusión de libros y de páginas dedicadas a las cosas de Sevilla, a menudo se cuelan leyendas y mitos que no tienen base histórica alguna. Algunas de estas anécdotas forman parte de las leyendas y tradiciones de la ciudad, y no dejan de tener cierta gracia y cierto valor antropológico y cultural… otras son sencillamente cuentos, malas interpretaciones, o directamente falsedades, interesadas o no, que a fuerza de repetirse empiezan a adquirir cierto peso. Y bueno, lo cierto es que es una cosa muy sevillana eso de mezclar lo mitológico, legendario o milagroso con la historia.

Hemos hecho nuestra selección , que irá en varias entregas. He aquí la primera.

Cristo de las mieles y el suicidio de Susillo:
Dicen ciertas versiones que el escultor se suicidó al darse cuenta de que había esculpido mal los pies del Cristo que le habían encargado para el cementerio… Esto es simplemente un dislate, Antonio Susillo era un genio de la escultura y no cometió error alguno en la ejecución de este crucificado. Se suicidó debido a una situación personal y económica muy complicada. Se le pudo enterrar en el cementerio, a los pies de su Cristo, porque se dictaminó que padecía una enfermedad mental que le llevó a cometer la locura de darse muerte.

Posteriormente se atribuyó al Cristo milagro de llorar miel, que no era tal, sino que en el hueco de su cuerpo unas abejas acomodaron su panal, y con el calor, cera y miel manaban de la boca.

La Estrella valiente contra la República:
En una versión interesada, se tergiversó la historia de la salida de la Estrella en el 32. Lo que hubo fue un boicot de las juntas de gobierno de las hermandades (más o menos presionadas) y la Iglesia para no salir en Semana Santa, en contra del gobierno republicano y laico: Boicot en el que no quisieron participar la mayoría de los hermanos de la Estrella, por eso fue “La Valiente”. Isidoro Moreno en La Semana Santa de Sevilla Lo documenta con la hemeroteca y clarifica perfectamente el asunto. Le dedicamos esta entrada en el blog.

Hombredepiedrasevilla

Túneles bajo la ciudad:
Muchos sevillanos creen que bajo la ciudad existe otra Sevilla subterránea, una red de pasadizos secretos utilizados por determinadas personas en siglos pasados. Desde luego sabemos que esto no es real, nada que ver con las catacumbas parisinas. Se han descubierto algunos túneles y pasadizos, que en realidad son en su mayoría cloacas romanas o de época musulmana. La capa freática en Sevilla, además de las demoliciones y reconstrucciones a lo largo de la historia, sin duda ha sido el fin de muchos de estos pasadizos, que es verdad que existían entre determinadas casas e iglesias, en el Alcázar, en algunos barrios, como vía de escape en caso de necesidad, pero nunca como una red que conectara toda la ciudad, o ni siquiera todos los lugares importantes de ella.

Mañara identificado con Don Juan:
Esta confusión se la debemos a los viajeros románticos, que buscaron en Mañara el trasunto real del Burlador de Sevilla, pero cuando Tirso de Molina publica esta obra, en 1630 (que además está basada en otra anterior de 1617) Mañara apenas tiene tres años. A ello hay que sumar esa imagen de pecador que Miguel Mañara se empeña en dar de sí mismo, calificándose como “el peor hombre que en el mundo ha sido”. Por otra parte, tratándose de un riquísimo personaje conocido en la ciudad, con un carácter difícil y sin duda con enemigos, no hay ni un solo documento en que basar sospechas de una vida realmente disipada y escandalosa.

Lo peor es que seguramente, toda esta confusión ha torpedeado el proceso de beatificación del Venerable Miguel Mañara.

Cristomieles

Falsos Mitos y Leyendas de Sevilla I

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.