Expresiones populares en nuestras rutas

En nuestras visitas solemos utilizar muchas expresiones populares y muchas veces no nos da tiempo a explicarlas todas mientras estamos en ruta. Así que en este post vamos a rescatar algunas de las que más nos gustan para explicar sus orígenes. Y es que a fin de cuentas, nuestro presente es siempre el resultado de nuestro pasado. En La Sevilla de los placeres prohibidos (viernes 4, 11 y 18 de diciembre) hablamos sobre las mancebías y la prostitución en general en tiempos pasados, entre otros temas. Y precisamente de esta profesión es de donde viene la expresión “irse de picos pardos”. El siglo XVII acaba  la convivencia pacífica entre los burdeles y las sociedades urbanas; se suceden las  acciones hostiles siempre organizadas por la compañía de Jesús, empeñada en extender el modelo de virtud de los religiosos a toda la sociedad. Se ponían a la entrada tratando de convencer a los clientes de no entrar a pecar, y también a convencer a las mujeres de que dejaran tan vil oficio.  Por eso en determinados momentos se las hizo vestir en con mantos o picos de color pardo, de ahí lo de “irse de picos pardos”, o bien de color azafrán...con el resultado de que el azafrán se pondrá de moda. En nuestra ruta "La Inquisición en Sevilla. El Castillo de San Jorge" nuestros más fieles seguidores sabrán que nos encanta colgar sambenitos a alguna persona del grupo que veamos con cara de hereje. El saco bendito era uno de los castigos del Santo Oficio que consistía en vestir con un saco a los pecadores condenados, escribir su nombre en la tela así como la infamia por la que se le condenaba. Y así es como nace la expresión “me han colgado el sambenito”.

Ejemplo de dos visitantes con cara de herejes. Inevitable colgarles el sambenito.

En Sevilla Macabra (sábado 5, 12 y 19 de diciembre) no escatimamos en detalles sobre torturas y condenas a todo tipo de malhechores (o no). Pero también nos detenemos a hablar de procesiones que a día de hoy nos resultarían muy llamativas como la antigua procesión de los huesos. Igual de antigua pero que ha cambiado muchísimo hasta nuestros días es la procesión del Corpus Christi. En su momento consistía en una procesión de reliquias las cuales se suponían milagrosas. Esto es trozos de brazos, manos completas, dientes, pellejos, etc… que se suponían pertenecientes a santos y santas. A veces, estas reliquias eran puestas en remojo en agua o vino y el menjunje resultante se repartía entre la gente. Podemos asegurar que esta solución era auténtica “mano de santo”. Por último, de aquella época en que Sevilla era Puerto de las Américas, queremos rescatar dos expresiones. La primera hace relación a los marineros y su escasa capacidad para nadar y escapar vivos al caer a las aguas. Por eso solían dejarse el cabello largo. En caso de naufragio, podían ser agarrados por los pelos y salvarlos de una muerte segura por ahogamiento. Efectivamente de aquí es de donde viene la expresión “salvado por los pelos”. Si en lugar de ser salvados eran castigados, era frecuente “mandarlos al carajo”. El carajo era una cestilla al final del mástil, donde el movimiento del barco se sentía más que en ningún otro lugar de la nave. La sensación de movimiento lateral era tal, que los marineros salían mareados y atormentados. Y desde entonces venimos teniendo esta costumbre de mandar a alguien al carajo cuando no nos ha caído en gracia. Y tú, ¿sabrías decirnos alguna expresión popular y explicarnos su historia? Cuéntanoslo en comentarios.