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#BEYONDTHEWALL: Antigua Casa Cuna

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Hoy queremos seguir con nuestro reto #BeyondTheWall para encontrar y daros a conocer algunas de las maravillas que alberga nuestra ciudad, pero que poca gente conoce.

Más allá del muro, o sea, de los límites que no traspasa el turismo y que incluso el sevillano considera de poco valor, resulta que sí, que hay joyas inestimables y muy desconocidas. Hoy prestamos atención a una de estas joyas: el edificio de la antigua Casa Cuna de Sevilla, construido en 1914. ¿Alguna vez habías oído hablar de este lugar? Sigue leyendo para saber más.

La antigua Casa Cuna de Sevilla se encuentra en la Avenida de la Mujer Trabajadora (justo al lado del parque Miraflores). Actualmente se trata de la sede de la Fundación San Telmo. Pero hoy, veremos cuál es la historia de este edificio y sus características.

Originalmente, se trataba de un Centro Provincial Infantil que acogía a niños sevillanos desamparados. Durante esta época, Sevilla estaba creciendo bastante como ciudad. Como ocurre siempre en estas situaciones, los más afectados fueron los niños. Muchos se quedaban huérfanos o abandonados en las calles. Justo en 1913, se fundó la Junta de Señoras Protectoras y Conservadoras de Niños Expósitos de Sevilla. Y en poco más de un año, consiguieron organizar la construcción del edificio. Impresionante ¿verdad?

En este proyecto participaron numerosas mujeres ilustres que quisieron luchar por el bien de nuestra ciudad. Muchas de ellas eran mujeres nobles que aportaron dinero, bienes, edificios y, sobre todo, mucho esfuerzo para poder llevar este proyecto adelante.

Sin embargo, en sus inicios, las condiciones de vida del centro eran muy malas. No por intención, ya que los encargados de la Casa Cuna hacían el trabajo de manera totalmente voluntaria, sino por falta de presupuesto y por el gran número de niños que había. Como ya hemos dicho, en esa época había muchos niños huérfanos, por lo que el centro se llenó rápidamente.

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Pero pocos años más tarde, cada vez más contribuyentes apoyaron el lugar con sus donaciones, dando lugar a un centro donde niños y niñas pudieron pasar su infancia de manera feliz y llena.

Desde 1938 hasta 1989, la congregación responsable y encargada del cuidado de esta residencia eran las Hermanas de la Caridad. En mayo de 1990, tras el cese de la actividad, se cedió el edificio a la Fundación San Telmo. Y ya que hemos aprendido un poco sobre su historia, ahora nos vamos a centrar en algo que nos encanta: el arte y la arquitectura del edificio. Como hemos mencionado, fue construido en 1914 por el arquitecto sevillano Antonio Gómez Millán, aunque posteriormente se fueron haciendo varias reformas y ampliaciones.

Se puede identificar rápidamente el estilo que tiene: regionalista sevillano, que se utilizó en la mayoría de las construcciones de la época. La parte exterior es de ladrillo, con diferentes azulejos, columnas blancas y apliques de hierro. Las ventanas y puertas, tanto de la fachada principal como del interior, son de medio punto y con influencia renacentista. Pero, aunque la construcción es bastante sobria y clásica, cuenta con muchos detalles decorativos de estilo mudéjar. También el uso que se le da a las columnas recuerda al arte nazarí. Además de ser un edificio regionalista, se optó por mantener una arquitectura simple y barata. Recordemos que se trataba de un lugar por el que iban a pasar cientos de personas y niños, por lo que se invirtió más dinero y esfuerzo en la funcionalidad y no tanto en la ornamentación.

En 1917 se amplió el primer pabellón, creando dos salas nuevas a ambos lados de la entrada. Pero la mayor reforma ocurrió en 1922, cuando se añadió una capilla (espacio fundamental en este tipo de lugares, ya que la religión era considerada esencial). Este espacio fue especialmente usado tras 1939, cuando la Casa Cuna quedó a cargo de la Congregación de la Caridad. Esta capilla cuenta con un retablo principal barroco mucho más antiguo, de finales del siglo XVIII.

A parte de los edificios, cuenta con extensos jardines. En ellos, hay una recreación de la Virgen de Lourdes de la gruta de Massabielle (Francia). Por todas estas razones, consideramos que este edificio se trata de una de las visitas indispensables que todo turista de Sevilla debe hacer. Además ¿sabías que fue proclamado Bien de Interés Cultural en 1983? Y aún así, es uno de los grandes desconocidos de Sevilla.

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#BEYONDTHEWALL: Antigua Casa Cuna

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.