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#FAVMONUMENT: Monasterio de la Cartuja

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Nuestro segundo #FAVMonument está dedicado al Monasterio de la Cartuja, monumento al que le tenemos especial aprecio. Un 12 de octubre Colón llegó a América. Prometió volver y lo hizo. Pero todo viaje requiere preparación y Sevilla fue una de las ciudades desde donde organizó varias de sus idas al otro lado del Atlántico. De hecho, es el antiguo Monasterio de la Cartuja donde se hospedó junto con su familia durante largo tiempo. A día de hoy el lugar es un complejo de edificios, huertas y jardines, legado del antiguo monasterio y más tarde usado como fábrica de cerámica. Hoy en día alberga el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, y es sede de la Universidad Internacional de Andalucía. Un lugar que sin duda recomendamos visitar, sea en bici o andando. En este post vamos a destacar algunos enclaves del monasterio que merecen especial atención.

Estatua en honor a Cristóbal Colón, ubicada por la viuda de Marqués de Pickman, propietario de la fábrica de cerámica. A su lado un ombú o árbol de bella sombra, sembrado por Hernando, uno de los hijos de Colón, con semillas que éste le trajo de ultramar.

Portal de azulejos y altos hornos. El portal es un maravilloso recordatorio de la fábrica de cerámicas de Charles Pickman. Nada más cruzarlo apreciamos los cinco hornos que aún permanecen de los diez utilizados para la producción, que se hacía a la manera inglesa.

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Templete y jardines traseros. El templete decorado con estilo oriental por Charles Pickman originalmente era una pequeña capilla apartada de las zonas comunes para la oración. Probablemente era utilizado por monjes que contraían alguna enfermedad y así evitar contagios. Las cortinas que embellecen el templete en realidad son una obra de arte de Olaf Nicolai, un lugar perfecto donde tomar fotos maravillosas. Si continuamos paseando por los jardines veremos árboles de todo tipo: frutales, olivos, aromáticas… Los cartujos eran monjes autosuficientes así que tenían de todo en sus parcelas. Este paseo por los jardines nos ayuda a imaginar la vida de estos monjes.

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#FAVMONUMENT: Monasterio de la Cartuja

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.