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Experiencia en Sevilla: Taller de Cocina

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Aunque hace ya tiempo que esporádicamente y cuando nos lo ha pedido un cliente hemos organizado maravillosos talleres de cocina, sólo hace unas semanas que empezamos a ofrecer desde Sevilla4Real talleres de cocina tradicional española. Sabemos que la gastronomía es parte fundamental de Andalucía, tenemos la suerte de tener una gastronomía variada, fusionada a lo largo de la historia por diferentes culturas pues nos han llegado recetas musulmanas, judías y cristianas, tenemos dulces típicos en las diferentes épocas del año y miles de bares de tapas y restaurantes para disfrutar de todo esto en Sevilla.

Venir a Sevilla y no disfrutar la gastronomía es casi imposible. Sin embargo queremos proponeros una nueva actividad en la que además de probar nuestros platos típicos (y no tan típicos) seáis partícipes de la cocina, de las recetas, de la elaboración de estos platos que tanto os gustan para además que aprendáis como se elaboran y poder llevaros la experiencia y las recetas a vuestras casas.

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Existen en Sevilla varios lugares para hacer estas maravillosas «Cooking classes«, algunos para hacer las actividades privadas y otros en grupo pero todos son fantásticos. Desde Sevilla4Real hemos seleccionado los que más nos han gustado y sin duda es una experiencia que si pasáis por aquí no querréis perderos. Una opción ideal para pasar un rato genial tanto si venís en pareja como en familia, viajes de empresa o grupos de amigos.

De entre las variadas opciones que ofrecemos destacamos nuestra Visita al Mercado con «Taller de cocina tradicional«, aunque por supuesto siempre podéis pedir lo que más os apetezca hacer y aprender, al final del taller almorzaremos o cenaremos lo que hayamos preparado. ¡La famosa tortilla de patatas, el salmorejo o la paella valenciana dejarán de ser un secreto para vosotros!

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Experiencia en Sevilla: Taller de Cocina

Estas disposiciones no fueron duraderas ni eficaces, pero nos habla de unos hechos a menudo desconocidos y de los que no se suele hablar, ni siquiera en los centros educativos. Pero merece la pena imaginar una Sevilla con un porcentaje llamativo de población negra, muchos de ellos llevando una carimba en el rostro, tal vez con el anagrama “ESCLAVO”, una S y un clavo (la primera que aparece en la imagen); aunque el carimbo se usó mayormente en las colonias americanas, mucho más difíciles de controlar por las autoridades. Otra curiosidad es que los hierros de carimbar se guardaban bajo llave en dependencias administrativas de la autoridad, o sea, que la carimba estaba perfectamente regulada por las leyes, y era como nuestros sellos de aduanas o de control de la CE o la matrícula en los coches, pues no se les consideraba más que mercancía. Y, además, por mandato real, los custodios y encargados de carimbar no podían cobrar por ello o cobrar, en todo caso, muy poco para evitar que se convirtiera en un negocio, como ya había ocurrido en algunos lugares.

Hasta 1679 no se suprimió la esclavitud indígena en los dos virreinatos y el carimbo aún tardaría un siglo más en ser prohibido completamente, ya en época ilustrada.